El caso de Robbie Manheim, también llamado el caso de Robbie Doe, es uno de los más famosos pues, en el, William Blatty se inspiró para escribir su novela el extorcista, obra que a su vez inspiró a la archiconocida saga fílmica que lleva el mismo nombre del libro.
Todo comenzó en 1949 cuando Robbie siendo apenas un adolescente, osó tentar a los poderes de la oscuridad empleado un tablero de ouija para comunicarse con su difunta tía Harriet. Así a raíz de aquello, comenzaron a oírse ruidos extraños en la casa, luego de lo cual Robbie empezó a adoptar una actitud demoniaca, a cubrirse de cortes y a proferir blasfemias. Entonces sus padres consultaron a un medico y a un psiquiatra pero, tras recibir un diagnóstico de que Robbie estaba sano, acudieron al Arzobispado de Maryland para solicitar un exorcismo.
La curia accedió, las sesiones dieron inicio y el infierno se desató: Robbie mostraba fuerza sobrehumana, hablaba idiomas que desconocía, se contorcionaba horrendamente, los objetos levitaban.... Fueron tres agotadoras meses en que los religiosos no pudieron con Satán e incluso uno de ellos termino con un golpe que le requirió puntos de sutura...
Solo en St. Louis, donde poco después se mudaron Robbie y su familia, fue posible expulsar a El Maligno tras 6 arduas semanas de combate en las que tuvieron lugar los aterradores fenómenos sobrenaturales que hicieron de este un caso digno de novelizarse y llevarse a la Gran Pantalla.
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